Cierro los ojos y aparece la energía de un recuerdo que mece mi corazón tibio, hecho de viento me envuelve la vida, juega con mis cabellos, me sonríe, rosa mis labios con palabras y aún así es tan etéreo, intangible, casi inexistente, la mañana se presenta con la inmensidad de este no se qué, que llega a abrumarme, mi cabeza no soporta el ruido que entra por los latidos insistentes de un presente alterno, no real… Solo mis ojos y luz eléctrica son testigos mudos de algo indefinido y vivo, quizá deba cerrarlos, quizá ya deba apagarlo, quizá solo sea una dulce sensación de una posibilidad que debo soltar.
9.02.2020
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